Zafra ha destacado de otras poblaciones cercanas a
ella por ser desde sus orígenes una población de comerciantes y artesanos, la Plaza Grande y la Plaza Chica han sido
escenarios de sus actividades. Antiguos pobladores: musulmanes, judíos y cristianos han dejado huella en
estas dos plazas, así como los mercaderes Cameranos.
Además de centro comercial urbano de la Villa (S. XV),
la Plaza Grande ha sido escenario de los principales
acontecimientos sociales, profanos y religiosos, festejos populares, usada
como coso taurino (S. XVI) y fue un salón de audiencia real en 1977, con la
venida de los anteriores Reyes de España don Juan Carlos y doña Sofía para inaugurar las
obras de restauración que se hicieron en ambas plazas. (En 1973, siendo don
Juan Carlos príncipe fue nombrado “Alcalde
Perpetuo Honorario de Zafra”).
Bellas Artes las declaró oficial “Conjunto Histórico Artístico”
en 1965.
Mide 90 x 35 mts. y tiene 72 soportales. De ella
arrancan tres calles principales: calle Sevilla, calle Tetuán y calle
Huelva, para ir al Oeste nos adentramos en la Plaza Chica hacía la calle
Jerez, concluyendo en una de las puertas de la primitiva muralla. (Puertas más destacadas: Puerta Sevilla, Badajoz o del Cubo, Los Santos y Puerta Jerez).
La Plaza situada dentro del casco urbano era centro de
citas y donde se establecían los ricos mercaderes con sus tiendas de tejidos,
los judíos colocaban sus tenderetes bajo los soportales y más adelante los
Cameranos comerciantes de la Rioja. Hasta la plaza llegaban los coches de mula
por el empedrado de la calle Sevilla.
En su disposición original presidía la plaza una primitiva Iglesia de Sta. María y
su anejo cementerio, derribada en el S. XVI, se traslada a los solares vecinos
la nueva Iglesia de la Candelaria (1546). La plaza ganó espacio y con esta
ampliación se consideró nueva en aquel momento.
De la primitiva iglesia tenemos una pila bautismal que puede verse en la Candelaria, en la capilla de la Virgen de la Valvanera.
De la primitiva iglesia tenemos una pila bautismal que puede verse en la Candelaria, en la capilla de la Virgen de la Valvanera.
El nombre de las plazas porticadas solía ser “Mayor”, pero en Zafra al haber dos en el
mismo centro se les diferenciaba por Grande y Chica.
La Plaza Grande tuvo otros nombres:
En 1825 “Plaza
del Rey”, más adelante siguiendo una orden comunicada a todas las
poblaciones del país se llamó “Plaza de
la Constitución”, en 1936 se puso una lápida de mármol con el nombre de “Plaza José Antonio Primo de Rivera” (Fundador
de la Falange Española) con tres
bombillas alrededor que se encendían en días de fiesta. De vuelta la democracia,
una mañana apareció destruida esta lápida y en el 1986 el Ayuntamiento
determinó conservar su viejo nombre “Plaza
Grande” como la habían venido llamando desde siempre.
Coso Taurino en el
S. XVIII - S. XIX era uno de los usos que se le daba a la plaza. Los
balcones eran palcos elegantes de damas, caballeros y clérigos. Existía en el
centro de la plaza una argolla de
hierro donde ataban los toros que se lidiaban todos los lunes. La plaza se
cerraba por los extremos de las calles que en ella concurren, con unos maderos
que se introducían en unos huecos. (Podemos ver uno de estos huecos en la calle
Sevilla, al comienzo, en la pared de la derecha).
En el 1700 las cofradías religiosas organizaban, entre
otros actos populares, las corridas de toros que se hacían en la Plaza Grande por
la fiesta del Corpus. Para sufragar sus gastos se pedía por las casas de la
Villa como era costumbre.
Estos festejos taurinos también se celebraron para
conmemorar el juramento de la Constitución por el rey Fernando VII en 1820,
delante del retrato del monarca, y para el socorro o ayuda de los niños
expósitos. (Constitución proclamada por las Cortes de Cádiz, 19 Marzo 1812 “La Pepa”).
El coso taurino de la Plaza Grande dejo de servir como
tal en 1834 al comenzar las obras de la futura Plaza de Toros, inaugurada en
1844.
Reformas del S. XX en la Plaza
más importantes:
En 1935, se
uniformó su pavimento con un suelo de cemento, se instalaron bancos de granito,
se plantaron naranjos en su entorno, en el centro se puso una fuente de piedra
de granito con taza octogonal y cuatro caños de donde salía agua de
manantiales, se hicieron servicios públicos urinarios subterráneos (lo más
costoso). Sobre los servicios había una especie de placita en alto con
barandillas de hierro y balaustradas de granito, esta placita sirvió de
escenario de actos públicos como misas de campaña para colectivos militares.
En la obra aparecieron restos humanos del antiguo
cementerio.
Se dice que terminada esta gran reforma se obsequió a
todos los obreros que intervinieron con una comida, en medio de la plaza, por
el orgulloso resultado de la importante obra.
En 1976, se
hace una reordenación y se restauran todas las fachadas con la sorpresiva
aparición de unas interesantes ventanas y ajimeces al picar las paredes. Los
arcos de ladrillo de los soportales fueron descubiertos. La fuente central se
ubicó en una zona donde ahora hay palmeras y bancos de granito, en la parte
estrecha de la plaza.
Para el nuevo pavimento de la plaza se optó por un
suelo de losas de granito en portales y acerados y cantos rodados en el centro.
La plaza se fue modernizando, pues las casas más
antiguas datan del S.XVIII.
Si damos una vuelta por la plaza podemos detenernos en
alguna de sus casas.
Las Casas siguiendo la numeración en giro y empezando
por la esquina derecha que da a la calle Tetuán:
1. Con una buena vista a la Plaza, en ella estuvo la
pastelería de Antonio Márquez, con su renombrado obrador de donde salían elaboraciones como los pasteles “consejos”
que tenían fama de exquisitos, deliciosos y aromáticos.
2. Sencilla pero original por su único balcón, cientos de veces fotografiado,
porque la dueña, Pilar Pizarro, supo adornarlo con la alegría y belleza de sus
macetas, siempre lleno de flores bien cuidadas hasta que falleció, que dejaron
de regarse y se mustiaron, a pesar de que en un principio hubo promesas por
parte del ayuntamiento de cuidarlo.
3. En este rincón había un callejón que comunicaba con la calle Badajoz, por detrás de la
Candelaria. Desaparece al taponarlo con una taberna y una barbería.
4. Aquí vivió un médico portugués Pedro Silva. Sus
sobrinas, herederas de la casa y su fortuna eran conocidas por “las portuguesas” por su origen luso.
5. En esta casa estaba el consultorio médico
quirúrgico de Francisco Soto que fue
Alcalde de Zafra en los años treinta.
6. Un inmenso letrero indicaba que había una farmacia,
la de Tomás Álvarez un hombre muy pequeño de estatura que hizo sus
investigaciones en su profesión y con éxito elaboró el “Tónico Álvarez”, un medicamento de su laboratorio
indicado para las convalecencias, la falta de apetito y ayuda para las
embarazadas. Otro fármaco el “Fenotimol Álvarez” servía para las
enfermedades de la boca, las evitar caries y calmar el dolor. Se vendían de
forma autorizada en las farmacias del país. En su botica tenía una colección de
frascos y tarros de cerámica historiada con escudos e inscripciones. Hoy en día
se ha convertido en un bar que mantiene las antiguas pinturas de la bóveda, con
motivos de farmacia.
7. Esta sale un poco del recinto de la plaza, pues se
adentra hacia la calle Sevilla, a la que puede mirar desde su privilegiado
mirador acristalado. Sus dueños una familia camerana, los Vidaurreta
8. Con un balcón en forma de “L” este vecino podía mirar tanto a la plaza como a la calle
Sevilla.
9. De más reciente construcción que la mayoría de la
plaza, se le permitió a sus dueños levantar algo más su fachada. Hermosos balcones de estimables
herrajes hacen de ella un escaparate para la plaza.
* Esquina de la Plaza con calle Pasteleros. En lo que hoy
es un Hotel estuvo instalado un bar llamado “La Perla”. Eloísa Tascones era su encargada y la particularidad es que estaba
servido por camareras. Los vecinos denunciaron al ayuntamiento los escándalos
que se originan en aquel bar por estar servido por mujeres, algo inusual
entonces y acabó cerrándose. Años más tarde será la casa de un joven abogado de
Almendralejo Antonio Chacón, que instaló
aquí su bufete y en 1960 sería elegido Alcalde. Su hija Dulce Chacón vivió
aquí.
10. De la casa de Los
Marqueses de Encinares destacan varias cosas: Su amplia portada, un curioso
adorno (un cordón franciscano) tallado en piedra que recorre la entrada, un amplio balcón (bajo este
balcón se recibió a los reyes de España don Juan Carlos y doña Sofía en 1977),
un escudo nobiliario con una piedra circular con una inscripción “Comenzó el año 1775 y acabó en 1776
Victoria fue”.
Observamos en la parte izquierda de la fachada como se
adueñaron del espacio de un soportal.
11. En esta casa de tres espléndidos balcones estuvo
instalada otra farmacia, la de Juan
Álvarez hermano de Tomas, sin temor a competencias.
12. Es una de las más antiguas, vivía la familia de
los López comerciantes de telas y
sedas. En el año 1600 se unió con la casa de al lado (por venta), la que fue vivienda
de Pedro de Valencia, humanista
zafrense. Las fachadas al llevar diferentes adornos, cuando se unen las dos
casas, se unifican sus estilos ocultando las diferencias. Después, en 1976
cuando se realizan las obras de restauración de las casas, se separan.
*Hay que destacar las inscripciones de las columnas de la plaza, cerca de la casa de los
López encontramos esta:
“El día 5 de Mayo de
1726 salió el Santísimo Xpto del Rosario y entró en la Colegiata”
*Entramos en la Plaza Chica pasando por El arquillo de la Esperancita o
arquillo del pan (ahí se situaba el puesto de los panaderos) donde se unen las
dos plazas y existe una hornacina con una pequeña imagen en madera policromada de
la Virgen de la Esperancita y un retablito barroco (S. XVII) con las figuras en lienzo de Santo
Domingo y San Fco. de Asís, patronos de las órdenes religiosas de dominicos (convento
de Sta. Catalina, del Rosario) y franciscanos (convento de Sta. Marina). Es de Blas Escobar, el mismo autor que hizo
el retablo mayor de la Candelaria.
De las dos plazas la
más antigua es la Plaza Chica.
Vivas Tabero, escritor local, autor de “Glorias de Zafra” afirma que esta plaza
fue el asentamiento de la primitiva
población morisca, de ahí el influjo musulmán.
Su uso mercantil propició que fuese porticada
tempranamente, excepto en uno de sus lados.
Mide 40 x 25 mts. y tiene 27 soportales. Los
soportales de arcos de medio punto se apoyan sobre columnas de granito y mármol
de variados capiteles. Hay dos columnas romanas (frente al bar Zoco y frente al
Manolón).
Todos los cronistas extremeños coinciden en que hasta
el siglo XVI, las casas estuvieron cubiertas de azulejos moriscos, al estilo del ajimez de la calle Boticas, y se
destinaron a ser posadas, mesones y tiendas.
Era el lugar donde se celebraban los mercados semanales autorizados desde el
S. XIV, (1380), por lo que allí estaba el cuarto del almotacén (Persona encargada de vigilar y controlar pesos y medidas
de los mercados). Para poder comprobar las medidas de los géneros estaba la
Vara de medir.
La Casa
Consistorial o
Ayuntamiento se estableció en esta plaza hasta el siglo XIX que se traslada al
Pilar Redondo (en 1881), entonces el edificio se destinó a Palacio de Justicia con algunas transformaciones. Una parte se
habilita para cárcel y calabozos del partido judicial. Actualmente es la Escuela de Música. Apreciamos un
testigo de la fachada de otra época; un marco plateresco en piedra del S. XVI, con
motivos renacentistas y un jarrón con azucenas, antiguo símbolo de la pureza de la Virgen de Zafra. En sus
orígenes (1430) era una casa con su fachada cubierta de azulejos árabes hasta
que se levantó el nuevo edificio, ahora de estilo neoclásico. Las últimas
reformas se hicieron en 1976.
La Casas más significativas son:
De gran interés la casa número 6, cuya fachada tiene columnas de media caña adosadas a pilares
cuadrados, con capiteles mudéjares de dibujos artísticos y con volutas
jónicas. La entrada de esta vivienda está decorada con adornos de ladrillos en
forma de lazadas, en los arcos que la
limitan con la de los vecinos. En la fachada superior vemos una original
ventana en arco, de hierro con una serie
de cabezas aladas de ángeles en los
barrotes verticales, y con un remate hecho de forja coronándola.
En otra de las fachadas encontramos un bello ajimez mudéjar, con un friso decorativo
de ladrillos formando un dibujo de arcos.
En el lugar de la vivienda arrinconada junto a la
fachada del Palacio de Justicia existía un callejón
estrecho, que comunicaba esta plaza con la calle y fachada del Hospital de
Santiago.
Al otro lado de la plaza, en la casa número 10, a
principios del S. XX estuvo la primera tienda de tejidos de Matías la Orden,
antes de trasladarse a la calle Sevilla.
En la casa número 14 de otro costado, con una puerta
en ladrillo rematada con un singular arco, hasta hace unos años, tenía su tienda
de ultramarino “Manolón”, tradicional
y con solera.
Un oficio artesanal de los últimos en la plaza fue el
de un industrial de la hojalata, en
un local situado cerca de la Vara de medir.
La Vara de Zafra mide 83´53 cms. Tiene cinco muecas
para adaptarse a la variedad de medidas públicas que había en uso en aquellos
tiempos en España: palmo, cuarta, píe, braza, codo…
La forma de la columna nos indica que este no fue su
primitivo lugar, está plana por detrás, de lo que se deduce que estaba pegada a
una pared, además hay tres huecos en la parte superior alrededor, donde estaban
colocados los maderos que la sujetaban mientras que la situaban de columna
donde descansa el arco.
En 1884 se prohíben todas las medidas que no fuesen
decimales, nuevo Sistema Métrico Nacional.
(Más información en Revista de Feria 1989).
Los nombres de la Plaza Chica han sido:
“Plaza de Isabel II” (1850)
“Plaza de la Libertad” (1914)
“Plaza del siete de
Agosto” (1936). Día
la de ocupación de Zafra por las tropas de Franco.
“Plaza Chica” (Siempre)
Reforma y mejoras más importantes en la Plaza se
hicieron:
En 1944, siguiendo
un proyecto de un arquitecto madrileño, Francisco Velasco, se arregla el
pavimento del centro de la plaza conservando el suelo que estaba debajo de los
soportales. Para el centro se hace un diseño artístico con piedras, tipo
mosaico.
Se coloca en el centro una Cruz de forja de hierro que hizo el maestro Antonio José Castellanos
sobre una columna y escalinata. El párroco de entonces se encargó de la
bendición de esta cruz.
(Se le quitó la pequeña escalinata y ahora es de
“quita y pon” para comodidad de algunas actividades).
En 1976, se
hace una nueva restauración y remodelación junto con la Plaza Grande.
Pavimento, columnas y fachadas son arreglados. A las
columnas se les devuelve su estilo quitándoles el antiguo refuerzo de ladrillos
y se aseguran sus cimientos. Los arcos de ladrillo se descubren y se restauran,
así como las fachadas, descubriendo antiguos adornos ocultos.
Plaza Chica “Día
7 de Abril de 1734 salió el SSMO XPTO del
ROS. Por quinta vez siendo Alc. Dn. Man. de Sals."…
Plaza Grande “El
día 5 de Mayo de 1726 salió el Santíssimo Xpto del Rosario y entró en la
Colegiata”.
*Actualidad: Admiradas por sus visitantes, las
Plazas han divulgado su imagen, cobrando prestigio y han servido de escenarios
para películas como “La Cera Virgen” “Los Santos Inocentes” “El crimen de Don
Benito” “Jarrapellejos” y “Curro Jiménez”.
Actualmente, se celebra en verano una gran fiesta
medieval “De la Luna Al Fuego” un gran mercado que nos recuerda su pasado.
Fiestas como los Carnavales, la “Velá de la Esperancita” y otras, nos permiten
disfrutar de ellas como se hizo en otros tiempos. Y aún puedo recordar como los
vendedores de melones y sandías instalaban aquí esos productos que inundaba la
plaza con su olor.
El centro de la plaza grande tiene un pilar, con una inscripción que dice; 1935 E.M, referido a su remodelación
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