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jueves, 11 de septiembre de 2014

La Muralla Medieval y sus Puertas



LA MURALLA MEDIEVAL

   Los Suárez de Figueroa (Casa de Feria) fueron una familia nobiliaria muy importante para Zafra, pues dotaron a la villa de murallas, conventos, palacios y hospitales.
   Es a partir de que Enrique III dona a Gomes I Suarez de Figueroa el Señorío de Feria, en reconocimiento a los servicios prestados por él y su familia a la Corona y a la dinastía de los Tratámara, cuando empiezan poco a poco a hacer de Zafra el centro del Señorío, que pasará a ser Condado y luego Ducado con el ascenso nobiliario de los Suárez de Figueroa primero señores, después condes y por último duques. La villa será reflejo de su autoridad y linaje.
   Los cambios urbanos comienzan con la construcción de una muralla levantada entre 1426 y 1449, mandada construir por Lorenzo II Suárez de Figueroa, primer conde de Feria, quien colocó la primera piedra y lo hizo en presencia de su padre Gomes I.
Testimonio del recinto amurallado de la villa es esta inscripción que Lorenzo II mandó colocar en la muralla, en la entrada de la Puerta de Sevilla y que hoy puede verse en el vestíbulo del Parador de Turismo. (Transcrita por Juan Carlos Rubio Masa)

      “Esta villa suya mando cercar el noble caballero Lorenzo Suárez de Figueroa, señor de la Casa de Villalba, del consejo del Rey nuestro Señor, hijo del Magnífico señor Gomes Suárez de Figueroa, del consejo del dicho señor Rey, mayordomo mayor de la Reina su madre, nieto de los muy excelentes y poderosos señores Don Lorenzo Suárez de Figueroa, Maestre de Santiago, y Don Diego Hurtado de Mendoza Almirante de Castilla. Hízose esta puerta año de Ntro. Salvador Jesucristo de MCCCCXLII”

Existe también un grabado del siglo XVII realizado por un dibujante francés llamado “Silvestre” donde puede apreciarse el aspecto urbanístico de Zafra cuando estaba amurallada y nos ofrece una visión conjunta de la población.
   Se llegó a un acuerdo con los vecinos consistente en eximirles de la obligación de hacer rondas y turnos de guardia a cambio de su colaboración en las obras del alzado de  la muralla.
El cerco amurallado tenía forma de almendra, unos 5 metros de altura y unos 2´5 de grosor. El perímetro de la muralla medía casi 1200 metros. En su recorrido se encontraban algunos baluartes y elementos semejantes a las almenas para su defensa, también un camino de ronda en toda su extensión para que los guardianes de la villa pudieran recorrerlo y vigilar mejor.
La muralla tenia doble misión, defensiva y fiscalizadora. Contaba con varias puertas, controlando la entrada de mercaderes y vendedores. En los puestos de guardia de las puertas se abonaban los correspondientes impuestos.
Se dice que las murallas eran de tierra y piedra tosca sin labrar, una mampostería pobre que provocó un rápido deterioro. A finales del siglo XIX debido a su estado se autoriza su derribo.


LAS PUERTAS DE LA MURALLA
   En principio se abrieron cuatro puertas principales: Puerta de Sevilla, Puerta de Los Santos, Puerta de Badajoz y Puerta de Jerez, de las que solo quedan estas dos últimas. Más tarde habrá necesidad de abrir otras entradas.





  1. Puerta de Badajoz o Arco del Cubo (al Norte)
  2. Puerta de Sevilla (al Sur)
  3. Puerta de los Santos (al Este)
  4. Puerta de Jerez (al Oeste)
Otras:
Puerta de Palacio
Puerta del Acebuche



PUERTA DE BADAJOZ O ARCO DEL CUBO
   Daba entrada a los viajeros que provenían de Badajoz, Fuente del Maestre, Feria…
Se abría dentro del Baluarte del Cubo, un torreón de planta semicircular adosado a la muralla. Esta puerta se cegó y se abrió un nuevo arco en el lienzo de la muralla, el Arco del Cubo. Más tarde volvería a abrirse.
Los carruajes y viandantes debían atravesar el torreón para abonar los tributos correspondientes, se accedía por un portón lateral y debían realizar un ángulo recto hasta salir, maniobra que debía dificultar bastante la tarea lo que debió provocar que la pequeña puerta se cegara y se practicara la otra más accesible directamente sobre el muro.
Por encima de la antigua puerta encontramos la figura ecuestre de Santiago Matamoros que alude a la Orden de Caballería muy unida a los Suárez de Figueroa. El hueco que hay debajo de la figura lo ocupaba el escudo de los Figueroa.
 El baluarte estuvo semi-oculto durante años, hasta que en el 2009 se comenzó una profunda tarea de limpieza y reforma del monumento despejando el terreno colindante, por lo que ahora podemos contemplarla en todo su esplendor.

 







PUERTA DE SEVILLA
   Principal entrada de la villa, la más transitada. Mirando al sur y al extenso Campo de Sevilla (ahora Plaza España), explanada amplia y soleada.
La gran puerta se erguía sobre columnas estriadas en un arco rebajado dentro de un  torreón con cubierta a cuatro aguas. En el friso del frente, sobre el arco, una pequeña capilla de la Virgen de los Remedios coronaba la parte superior.
De esta puerta sólo queda un pequeño vestigio, unas piedras de granito en la fachada de la esquina izquierda de entrada a la calle Sevilla y la imagen de Ntra. Sra. de la Aurora tallada en el fuste de una columna de mármol y que hoy se expone en el Museo Santa Clara de nuestra ciudad.
La estructura y aspecto se conocen por grabados que se conservaron del siglo XVIII.

         
Puerta de Sevilla

Fue derribada en 1878, un decreto real autorizaba al Ayuntamiento a derribarla.
El derribo se subastó, para que el ayuntamiento no tuviera más gastos, cediendo al que se encargara algún trozo del solar. Se cedió a un vecino una franja estrecha de terreno, donde hoy esta un pequeño establecimiento comercial.
También la capilla que estaba sobre la Puerta de Los Santos tuvo que ser derribada, porque se había hundido y la retirada de los escombros fue muy costosa, por eso el Ayuntamiento decía que la de Sevilla había que caerla con mucha economía.

PUERTA DE LOS SANTOS
   Según el grabado de “Silvestre” esta puerta estaba flanqueada por dos torreones y tenía sobre el arco de entrada una capillita, Ntra. Sra. de la Concepción y Amparo, a semejanza de las que tenían la puerta de Sevilla y la de Jerez.
La disposición de esta Puerta se abría al camino que comunicaba ambas poblaciones entre la sierra de Los Santos, por el que accedían a la villa de Zafra los comerciantes y hortelanos de Los Santos de Maimona. Era recorrido diariamente para venir a instalar sus puestos al mercado de la Plaza Chica, como es el del pan elaborado en las tahonas santeñas.
En sus proximidades se situaron el Pilar Redondo intramuros y el de San Benito extramuros, uno para los humanos y el otro para el ganado respectivamente, que llegarían exhaustos de la larga caminata.

PUERTA DE JEREZ
   Uno de los rincones más típicos de Zafra.
Permitía el acceso a intramuros a los visitantes que venían de los caminos de Jerez de los Caballeros desembocando en el zoco medieval de la Plaza Chica, recinto rodeado por callejones donde los artesanos de los antiguos gremios, sobre todo los del cuero, realizaban sus trabajos al abrigo de la muralla.
El paso por la Puerta es un doble arco apuntado de sillería sobre el que se encuentra la capilla barroca del Cristo de la Humildad y Paciencia. En su interior se encuentran dos imágenes, una es la de la Virgen de la Caridad y la otra la que da nombre a este lugar, el Cristo de la Humildad y Paciencia, que en Semana Santa sale en procesión para encontrarse con la Virgen de los Dolores, dicho “Encuentro” se hace en la Fuente de los Zapateros (hoy Plaza de Ruy López).
Por fuera de la puerta, en la fachada, podemos ver un balcón central en la parte superior y dos hornacinas, una a cada lado, con imágenes de San Crispín y San Crispiniano, patronos del gremio de los zapateros y profesionales del cuero. En la parte inferior derecha, sobre un bloque de la sillería del arco observamos la huella de un zapato del Pie Castellano, antigua medida de la época, en uso hasta el siglo XIX en el que se adoptó el Sistema Métrico Decimal, equivalente a 27.86 cm, un 44/45 de la actualidad. El Pie Castellano equivalía a 1/3 de una Vara (83.59 cm), una de las unidades de medida que podemos observar en una columna de la Plaza Chica.

En el campanario se expone el blasón heráldico, un jarrón de azucenas (símbolo de la Villa) junto a los escudos nobiliarios de la Casa de Feria (ya desaparecidos).
La Puerta a lo largo de su existencia ha tenido algunos cambios.
En su primitiva concepción disponía de dos torres laterales para la defensa, pero éstas desaparecieron en las transformaciones que sufrió la puerta en el siglo XVII, cuando se construyó en la parte superior la capilla a dos alturas iluminada por una pequeña ventana. Obras posteriores añadieron una espadaña de ladrillo en la cúspide con dos cuerpos de campanas y un balcón de rejería que amplió la ventana existente.


 Junto al Arco Jerez queda un hermoso vestigio de los antiguos callejones de ronda de la muralla, La callejita del Clavel, donde vivió y murió el célebre personaje local de Ana la Nalga, pequeña y singular mujer a la que gustaba “informarse” de los acontecimientos y vidas de la ciudad, divulgadora de chismes locales; tan pequeña era que decían se sentaba en las nalgas de sus convecinas para chismorrear, de ahí el apodo de “nalga” y el verbo “nalguear” propio del habla de Zafra.

PUERTA DE PALACIO
La Puerta de Palacio daba servicio al Alcázar. También llamada Barbacana porque servía como soporte al muro de contorno.
La barbacana es una obra de fortificación situada frente a las murallas para proteger una puerta de acceso, podía contar con portales propios fortificados de paso obligatorio para acceder a la puerta principal.
Esta, no es una barbacana tradicional ya que no sobresale del recinto, sino más bien al contrario, se ofrece como una doble puerta que mantenía a salvo el Patio de Armas del Alcázar.

PUERTA DEL ACEBUCHE
Acceso principal a Palacio en el siglo XVII, daba a la plaza de armas. Adosada a la galería que unía el palacio con la iglesia conventual de Santa Marina. A esta portada de piedra se  la conoce como Puerta del Acebuche por la existencia de una especie de olivo silvestre llamado acebuche que arraigó entre sus piedras. Hoy en día es intransitable para vehículos porque se dotó de una serie de escalones, pero en su tiempo pasaban carruajes y carros arrastrados por animales.


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