DE ALCÁZAR A PALACIO
En la época
de los Austrias, la identificación de una residencia con un linaje era plenamente
justificable. Algunos monarcas evidenciaron su interés por las reformas de sus
residencias y la nobleza imitaría sus gestos. Así, la reforma de las viejas
fortalezas urbanas, para acomodarlas a los nuevos tiempos, fue una práctica muy
extendida en la época. Un ejemplo, la concebida renovación del Alcázar
de la villa de Zafra para adaptarlo a la adquirida dignidad ducal de los Suárez
de Figueroa, tras conceder el título al primer duque, y materializada en la época
del segundo.
*Primer Duque
de Feria (1567-1571)
Gomes III
Suárez de Figueroa
*Segundo Duque de Feria (1571-1606)
Lorenzo IV
Suárez de Figueroa
EL ALCÁZAR
Fue construido entre 1437 y 1443
(seis años duraron las obras), encargado por los primeros condes de Feria, segundos
señores, Lorenzo II Suárez de Figueroa y María Manuel para satisfacer
las pretensiones de su rango señorial. Se convertiría en sede de una brillante
corte, primero condal y luego ducal.
Con la construcción de este edificio buscaban una residencia
acorde con las edificaciones de la época. La construcción responde al esquema
de fortificación señorial del siglo XV. Sus dimensiones, su enorme tamaño,
hacen que destaque sobre los demás edificios de la población. De planta cuadrangular,
con 8 torreones dispuestos tanto en las esquinas como en la zona central de los
lienzos. La puerta principal se abre entre dos torreones, los escudos que aparecen
sobre ella pertenecen a los fundadores; las cinco hojas de higuera del escudo
de Don Lorenzo y los leones rampantes
y brazos alados del escudo de Doña María.
Destaca la Torre del Homenaje por ofrecer mayores dimensiones que el resto, 29
metros de altura y 12 de diámetro. En la cámara de los esposo de esta torre se
aprecian pinturas de figuras geométricas, damas de la época medieval y otros
dibujos curiosos. (La torre del homenaje era la torre principal del castillo, símbolo de poder y
el lugar más protegido, en caso necesario podía convertirse en el último núcleo
de resistencia).
Hay que señalar la decoración de estilo mudéjar y otras
decoraciones añadidas en distintas épocas, como adiciones renacentistas. Destacando
la cubierta de la Capilla privada de los señores, de estilo mudéjar con una
cúpula octogonal de madera y la Sala Dorada con su hermoso
artesonado mudéjar, así como las techumbres que se conservan en salones y otras
dependencias de la planta baja.
PALACIO
Numerosas reformas fueron enriqueciendo el edificio a
lo largo de los años para convertirlo en Palacio.
En torno a 1600, en tiempos ya del segundo duque de
Feria, el viejo Alcázar medieval obsoleto y limitado, fue sometido a una
remodelación para convertirlo en un edificio de tipo palaciego.
Entre 1605-1609 se construye una galería o pasadizo,
un brazo con fachada renacentista en piedra y ladrillo que unió el palacio a la
vecina iglesia conventual de Santa Marina, reedificada a la vez para que
formase cuerpo con la residencia nobiliaria.
Adosada al final de esta galería se encuentra la
Puerta del Acebuche, realizada en granito, por la que se accedía al patio de
armas.
En 1612, remodelación de toda la clausura
conventual con el fin de armonizar y completar el conjunto nobiliario-religioso
creado.
En la Iglesia de Santa Marina se conserva la escultura
orante de Margarita Harrington (prima de la primera duquesa Juana Dormer), cuyo
legado testamentario sirvió para financiar parte de las obras.
Las obras, encomendadas a Francisco Montiel fueron algunas de estas:La construcción de un patio de mármol de líneas clasicistas. (El magnífico patio central en el interior del palacio fue atribuido erróneamente a Juan de Herrera).
Dos nuevas alas con azoteas adosadas a ambos lados de
la puerta principal.
Galerías abiertas a un nuevo jardín para completar la
antigua Huerta Honda. Jardín y huerta se abastecían del agua proveniente del
Pilar del Duque.
A lo largo de los siglos el antiguo Alcázar se ha ido
adaptando a sus necesidades hasta convertirse en lo que es hoy, Parador
Nacional de Turismo. Desde que dejó de ser habitado por sus nobles propietarios
hasta nuestros días han sido muchos los cambios. Como Residencia de la familia ducal de Feria, cesó en sus servicios aproximadamente
en el siglo XVII, sus dueños se trasladaron a otros palacios que tenían en la
Corte de Madrid, así como su lujoso mobiliario, obras de arte y adornos. Los
duques venían a Zafra sólo en contadas ocasiones para recaudar sus tributos. Al
integrarse el Ducado de Feria en el de Medinaceli sus dueños estaban más
ocupados en otros negocios y asuntos de la Corte madrileña.
En el siglo XVIII, guardando el edificio en ausencia
de sus dueños, habitaban el palacio unas diez familias y algunos integrantes de
estas familias formaban parte del personal encargado de la “Contaduría del Duque” desde donde se administraba el Estado
de Feria y los derechos de Duque sobre los numerosos pueblos de la comarca,
recaudando las alcabalas o tributos que le correspondían como poseedor del título.
En Zafra, por ejemplo, en el año 1801, los Duques
cobraban alcabalas en concepto de las diversas mercancías que se movían en su
ambiente local (hierro, carbón, paños, madera, cuero, pescado, cerdos, frutas,
hortalizas…) Estos impuestos sumaban al año bastantes reales (52.158), sumas
considerables de dinero que recaudaba la Contaduría en Zafra para los bolsillos
de los Duques.
En el siglo XX, ya retirada la Contaduría del Duque, a
este edificio se le dio otros usos de mayor utilidad pública:
Año 1911, se establece un Colegio y Centro de Enseñanza. En 1928 se crea un Instituto de Segunda Enseñanza, aunque
en 1936, con la Guerra Civil, se cierra oficialmente el Instituto, debido a la
situación económica en que se encontraba el ayuntamiento al no poder correr con
todos los gastos del profesorado.
A partir de la Guerra Civil, durante la campaña
militar se instala un Hospital de Sangre
para los combatientes moros heridos en el frente de guerra.
En el año 1942 se crean las Escuelas de Artes y Oficios o de Formación Profesional, a las que
llegaron a asistir más de un centenar de alumnos en diversas especialidades.
En la posguerra, ocuparon sus dependencias gentes sin
medios y sin posibilidades que no tenían donde cobijarse y que las autoridades
de entonces les permitió habitar la parte de abajo del palacio.
Esta situación
se mantuvo durante muchos años, hasta que surgió el proyecto de convertir el castillo
en Parador Nacional de Turismo. Un
proyecto empujado por el Antonio Chacón Cuesta, Alcalde de Zafra nombrado en
1960, que luchó por hacer realidad con todo su empeño y aunque él no pudo
verlo, el 15 de octubre de 1968, fue inaugurado el Parador Nacional llamado “Palacio de los Duques de Feria”