9 de Mayo de 2015
¡Vaya sorpresa! Al
final le he tenido que dar la razón a Ezequiel pues ha sido muy buena idea
venir a este pueblo, o mejor dicho “ciudad” porque según nos han contado tiene
título de ciudad desde 1882. Llegar hasta él ya ha merecido la pena por las dehesas
que hemos atravesado. Nunca pensé que este paisaje me cautivaría, es como si te
envolviera la naturaleza.
Entramos en Zafra por
una moderna avenida y de pronto apareció ese precioso castillo, ahí entre medio
de las plazas y el parque. Me pregunté por qué estaba a pie de calle y no en una montaña como suelen
estar este tipo de fortalezas. Después de visitarlo, ahora sé que fue un
alcázar convertido en palacio, sirvió de residencia a unos duques y que gracias
a ellos, a los Duques de Feria, el pueblo tiene un gran patrimonio del que hoy
hemos visto parte. Ahora el palacio funciona como Parador; dentro hay un
magnífico patio de mármol blanco y una capilla con cúpula dorada y artesonados de madera.
Hemos estado dando una
vuelta por el casco antiguo al que hemos llegado por una calle peatonal muy
comercial, llena de gente, se ve que es un pueblo con mucha vida y que tiene
una actividad comercial importante desde siempre. Por lo visto tienen una feria
que se celebra en octubre y que es más antigua que el descubrimiento de
América. Voy a apuntar que tengo que ir a verla porque es importante (Feria
Internacional Ganadera).
A mediodía me ha
entrado un hambre y es que hemos pasado por un restaurante del que salía un
olorcito… Se come estupendamente ¡que chacina madre! he tenido que dejar mi
dieta a un lado, todo estaba exquisito. Y hala, de postre dulces del convento
de Santa Clara, por cierto, en este convento hay un Museo en el que mañana sin
falta tengo que entrar y si Ezequiel no quiere, que me espere en las plazas.
Aquí no hay una plaza
Mayor como en otras ciudades, son más originales, tienen dos plazas seguidas y
unidas por un lado, las llaman Plaza Grande y Plaza Chica, tienen soportales y
están llenas de terrazas con mucho ambiente.
También tienen su
historia y un testigo es la “vara de medir” en una de sus columnas; en el
pasado los mercaderes la utilizaban para tomar medidas.
¡Me encanta la historia
y no puedo evitar buscarla en los rincones¡
Volviendo a Ezequiel…
que me espere en la plaza tomando una cervecita y unas tapas que allí se estaba
muy bien esta tarde.
Finalizada la jornada
me he dado cuenta que las cosas más sencillas son las que me hacen feliz. Esta
población que está por descubrir nos ha regalado un día conociendo su pasado
para entender su presente como en cualquier lugar del mundo.
Bueno voy a dormir ya
que mañana nos espera otro precioso día.
Nuria Biosca
Concurso Radio Nacional
de España “Diario de Viaje”
Zafra, 30 de agosto
de 2015